Freud distingue dos principios fundamentales: el principio del placer y el principio de realidad. El primero supone una búsqueda de lo placentero y una huida del dolor, que nos impulsa a realizar aquello que nos hace sentir bien. En contraposición a éste, el principio de realidad subordina el placer al deber. La subordinación del principio del placer al principio de realidad se lleva a cabo a través de un proceso psíquico denominado sublimación, en el que los deseos insatisfechos reconvierten su energía en algo útil o productivo. Tomando como ejemplo el deseo sexual, ya su práctica continua supondría el abandono de otras actividades productivas (trabajo, arte, etc.), el hombre sublima sus deseos y utiliza su energía para la realización de otras acciones (deporte, literatura, juego).
Sin la sublimación de los deseos sexuales no existiría, según Freud, civilización
Los sueños son satisfacciones simbólicas de deseos que han sido reprimidos. Inaceptables para la mente consciente (ya sea por la presión social y moral o por un sentimiento de culpa), algunos deseos se manifiestan oníricamente, de un modo extraño y absurdo que oculta su verdadero significado.
de donde lo sacaste?
ResponderEliminaresta insteresante, me pusiste a pensar un buen rato ejej
Pero no es justo. Depende de como practiques el sexo, podría ser arte, depende de los beneficios del sexo, podría ser tanto trabajo como ejercicio.. bueno.. siempre seria ejercicio y si recibes beneficio ((no corporal, sino físico... físico de objeto, no en base al cuerpo))... en si... Freud y yo diferimos en algunas cosas, bienvenida a una de estar deserciones… o quizás es solo ganas de ir contra corriente. =)
ResponderEliminarParga, Freud también decia muchas loqueras.. pero notese que eran interesantes... jujuju
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