la suerte de amar


Habían pasado 13 años desde que Andrés no veía un cielo tan estrellado.

Recordó aquel día cuando comprendió lo que el amor dolía.

Salió al porche de su casa donde vivía con su hija Esther de 14 años y el perrito que le había regalado la navidad pasada, Julio le habían nombrado. Resulta que a la hija de Andrés le parecía que el perro lucia justo como el señor Julio Iglesias en sus días más mozos - ¡Qué cosas las de los niños! y pensar que le gusta el tango al cachorro -.

Se sentó en el mecedor de estambre que habían tejido juntos, apenas lo movían chirriaba más que cimientos de casa de madera de 200 años; entonces, la recordó, como si tan sólo ayer se hubiera levantado de la cama y tomado el café de la mañana justo antes de empezar las labores del día. Recordó su hermoso cabello rojo que lo cegaba cuando la luz del sol de las 11 se reflejaba en él, y que la hacía lucir tan esplendida que sentía que se enamoraba por primera vez. Sentía como si todas sus vísceras cambiaran de lugar dentro de su abdomen y su pecho, y justo cuando parecía que caían de nuevo en su sitio se llenaba de fuerzas y ya no contenía mas el impulso de besarla.

Andrés era un niño en su regazo cuando dormían, era un adolescente fogoso cuando hacían el amor, y se sentía tan hombre como alguna vez se pudo sentir, el día que supieron que Esther venía.

Pero el destino es cruel, y algo tan maravilloso no podía durar para siempre en la tangente de su realidad. Ese suceso de eventos fortuitos y desafortunados que la llevaron lejos de él. Talvez de ninguna manera podrían haber sido evitados, y de hecho, no al menos en el insignificante universo que ella dejo tras su partida, no pudieron haber sido más precisos.

Sintió nuevamente su pecho desgarrado por la pena, y como su corazón, que seguía tratando de sanar, se rompía nuevamente a causa de la melancolía.

Despertó en un lugar extraño pero que le resulto cómodamente familiar, creyó ver a un sujeto de bata blanca, y entre todas esas voces incomprensibles le pareció escuchar: ¿Cómo se sutura un corazón roto?


Imagen: iumazark

Otro de mis intentos de cuentos. Publicado originalmente en: ShortCuentos

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